Me encantan las madrugadas de los domingos, aunque ello signifique no dormir. De un tiempo a esta parte, comienzo las semanas ya agotada. Los lunes son días de ojeras y Red Bull, pero de reservas de inspiración llenas, cargadas.

Apenas quedan dos semanas para hacer realidad mi gran proyecto, mucho mas que unas simples fotos. Yo, que tengo dos hijos lo (mal) comparo con tener otro. Desde el vago deseo de tener uno....a pasar a engendrarlo....ponerlo todo de tu parte para que todo salga bien y que tras tiempo, esfuerzo, muchas dudas y miedos...por fin lo tengas entre tus brazos y vea la luz.

Sí, me lo tomo muy a pecho, pero es que es mi proyecto. Sí, he hecho shootings y talleres, pero esto va mucho mas allá. Organizarlo todo, tener  todos los detalles en la cabeza y trabajar para materializarlos. Mi debut en solitario...un reto personal.

Mi objetivo es claro, dedicarme a esto. Sí, quiero dedicarme a la fotografía boudoir. Mis motivaciones quizás sean mucho más personales de lo que yo misma pueda imaginar. Quizas, haber vivido mas de media vida auto aislada presa de mis complejos, tenga parte de culpa. Esa época ya paso.

Si, crezco, me hago mayor. Si, la piel ya no es la de antes. Si, los kilos van y vienen (vienen mas veces de las que se van), pero no importa. Si algo me ha enseñado la filosofía del boudoir, es que la mujer no es bella por la ropa o el maquillaje que se ponga, tampoco por el que se quite, lo que nos hace realmente bellas es la seguridad, la tranquilidad y la serenidad que solo tenemos a determinada edad, cuando llegados a determinado punto, sentimos que lo tenemos todo, todo lo que queremos, que no tiene que ser lo mismo que lo que quieren los demás. Cuando sentimos que es momento de vivir y empezar a querernos.

Si, pienso que todas las mujeres deberían tener su sesión y vivir su momento boudoir. Unas fotos que transmiten mas que un cuerpo bonito, unas fotos que muestran la belleza y la tranquilidad del alma.